Iris, una viajera misteriosa, vagabundea por las afueras de Seúl. Allí convence a una serie de personas para enseñarles francés con un método tan poco ortodoxo como seductor, a pesar de su falta de experiencia. Entre paseos por el parque y botellas de vino de arroz makgeolli, Iris parece de pronto una más de la familia. Su personalidad desinhibida crea a su alrededor un clima de confianza, diversión y aprendizaje que provoca momentos hilarantes fruto de su desparpajo y algún malentendido.