Esta película recorre más de sesenta años de trabajo de Yasuo Inomata, una figura clave dentro de la colectividad japonesa en Argentina. Desde Escobar hasta 25 de Mayo, pasando por la ciudad de Buenos Aires, y luego, un salto hacia Japón: la ciudad de Tokio y el pueblo de Kamaishi. Para entender cómo piensa un paisajista, hay que saber cómo mira y qué cosas miraba desde chico. Porque algo, dice Inomata, queda integrado en algún lugar del corazón para luego convertirse en paisaje.